domingo, 30 de diciembre de 2012

23 propósitos para 2013


1.     Jugar más con las palabras: inventar chistes malos.
2.     Pintar el arcoíris, sobre todo los días de lluvia.
3.     No olvidar levantar las alfombras en busca de historias.
4.     Reírme de mi y del mundo al compararlos con el universo.
5.     Mirar el mundo con ojos microscopio. Asombrarme.
6.     Atrapar en mi libreta una cosa nueva cada día y tachar un recuerdo malo.
7.     Escuchar sin interrumpir.
8.     Descubrir América.
9.     Compartir más con la gente que realmente importa y menos con los demás.
10. Parar de vez en cuanto y disfrutar del silencio.
11. Repetir el mantra de que todo es posible y llegar a creérmelo.
12. Volver a indignarme.
13. Pensar cada mañana en la suerte que tengo de despertar a su lado.
14. Quitarle seriedad a esto de la escritura, para que me deje de dar vértigo.
15. Conseguir que los cambios o el futuro no me descoloquen.
16. Tirar el látigo flagelador: no soy perfecta, ni falta que hace.
17. No utilizar la palabra crisis, ni dejar que otros justifiquen con ella lo injustificable.
18. Decir “te quiero” a mi príncipe todos los días sin temer convertirme en calabaza.
19. Ignorar mi imagen distorsionada en el espejo esos días...
20. Saltar en los charcos con mis katiuskas sin que nadie me regañe.
21. Utilizar zapatos de tacón más a menudo. (Sí, soy alta, deja de decírmelo.)
22. Comer perdices sin anticipar el final de las cosas. Quizá a veces no acaban.
23. Escribir. Comprometerme. 

viernes, 21 de diciembre de 2012

Sí se acabara el mundo...

Si hoy realmente se acabara el mundo, me pillaría feliz por haber exprimido cada segundo sin dejar ningún "Y si hubiera" en el aire 

If the world really ended today, it would catch me happy of having squeezed every single second without leaving any "if I had" in the air

domingo, 16 de diciembre de 2012

Navidad sin estrella

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Se te atraganta el turrón. Hay cosas que no vuelven.
Sí lo hace el olor a castaña asada, las colas frente a La Manolita y los Ferrero Rocher.
La culpa. La ciudad con traje de luces y la Plaza Mayor con pelucas.
Y tú quieres volver.
A no poder dormir la noche antes de Reyes,
cantar villancicos sin vergüenza a pedir el aguinaldo
o comer mazapán sin preocuparte del michelín.
Poner la estrella en el árbol, sin altura capaz de frenarte.
Volver.
 Al menos, llenar otra vez la casa de elfos.
Porque tienes que ser feliz.
Lo dice el Corte inglés, el calvo de la lotería y las burbujitas de Freixenet.
Todos te lo gritan al unísono; 
y si no, vendrán tres fantasmas para recordártelo.
Lo sabes. En todas las mesas hay huecos y relojes que no dan los cuartos.
Pero James Stewart sigue en tu televisor y Macaulay Culkin se queda solo en casa.
Ignoran que Belén Esteban quizá dé las campanadas este año,
que Papá Noel toma antidepresivos  y  que recortarán los caramelos en la cabalgata.
Que los reyes hacen huelga y no traen carbón a los malos.
Y que has perdido la estrella, pero tienes tarjeta de crédito. 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Tick, tack, tick, tack


Tick, tack, tick, tack.  Te cuesta respirar. Tick, tack, tick, tack. El aire ya huele a chamusquina. Tick, Tack. Sigues rodando. Tick, Tack. Y la gran máquina funciona, de momento. Tick Tack. Rueda al ritmo marcado tick, tack, tick, tack. No te preguntes para qué. Tick, tack. O mejor dicho para quién. Tick,tack. Sigue girando. Tick, tack. Tu gira. Tick, Tack. Produce, produce. Tick, tack, tick. Consume, consume. Tick, tack, tick. Hay piezas que no soportan la presión. Tick, tick, tick. Se rompen. Tack, tack, Tack. Saltan al vacío. Tick, tick, tick. Se pegan un tiro. Tack, tack, tack. Sigue girando. Tick, tack, tick, tack .Produce, consume, rueda. Tick, tack, tick, tack. No las mires. Tick, tack. Se llenan de vino y polvo. Tick, tick. Sigue girando. Tick, tack. No escuches sus ruegos. Tack, Tack. No les des limosna. Tick, tack, tick, tack. Mira a la cera de enfrente cuando les veas rebuscar en la basura. Tack, tack tack. Tú gira. Tick, tack, tick, tack. Te ahogas. Tick, tack, Tick, Tack. Sigue rodando. No pienses en el humo.

viernes, 23 de noviembre de 2012

Consumidos


¿Dónde se ha ido?
No está en sus ojos.
Tu cuerpo en el Sáhara, con sed.
Tu boca con llagas, en su busca.
Noches que olvidan el rocío.
Una piel que ya no trepa,
en una cama que crece.
Termitas en la garganta.
 Sangre en ebullición.
Y te consumes,
en silencio.

domingo, 28 de octubre de 2012

Caracol, col, col

Así estamos todos.
Sacando los cuernos al sol
Con la casa a cuestas. Y con el coche, las vacaciones de los tres últimos años, el colegio de los hijos, la casa de la sierra, la de la playa.
Así estamos todos.
Buscando un rayo de luz después de la tormenta.
Reptando despacio, muy despacio. En busca de la salida de emergencia.
Así estamos todos.

El alma de los creadores de palabras


¿Por qué algunos sentimos esa necesidad de vomitar palabras? ¿De qué estamos hechos los escritores? Nuestro cuerpo debe ser de piel onírica y dentro debe fluir algo en la sangre que la pone en ebullición. Hay cosas atrapadas dentro de nosotros que necesitamos liberar a través de letras. A veces nacen cuentos, otras poemas, y otras historias simplemente se incuban y nos asedian hasta que conseguimos arrancárnoslas. Puede que incluso llegue a salir una novela. ¿Qué es eso que absorbemos y cómo se nos clava?
Capturamos esas puntas del iceberg quizá con las redes de nuestros iris. La clave es nuestra mirada distinta. Vemos cosas que otros no ven o mejor dicho, las vemos de otra forma. No sólo miramos, sino que podemos sentir intensamente aquello que vemos. Y lo convertimos en una astilla que tragamos y tarde o temprano arderá hasta convertirse en cenizas de letras impresas.
Pero escribir a veces quema y salen yagas. Da un vértigo atroz. Porque para sacar la astilla tienes que elegir millones de cosas, que dejaran atrás otras. Miedo al folio en blanco y al proceso creativo.
Comenzamos a flotar cuando estamos creando y nos separamos del suelo demasiado. Y da miedo liberarse del todo. Pero hace poco me dijeron que lo que se escribe con las tripas es dónde se encuentra la literatura sublime. ¿Por qué intentamos controlarnos? ¿Qué tememos?
Es lo mismo. Los que estamos infectados de historias, los reos de las palabras, al final acabaremos flotando.

viernes, 19 de octubre de 2012

Hormigas de Madrid

Las hormigas trabajadoras de Madrid volvían a casa después de trabajar el metro de Madrid. Un metro que no vuela, sino que cada vez más, nos convierte en sardinas bajo tierra. Los de arriba decidieron subirnos el precio. Nosotras, las hormigas, seguimos pagando viendo con sorpresa como se están riendo de nosotros recortándonos más servicios. Claro, ellos nunca cogen el metro. Ayer anunciaron recortes en los servicios de metro de Madrid. Menos vagones. Menos trenes. El resultado pueden verlo en la foto. Puedes ver la angustia de la gente. Abajo a la izquierda un hombre mira con desesperación. Algunos aprovechan para restregarse con tías buenas. Otros intentan robarte la cartera. Cuando saco la cámara una señora comienza a decirme “eso, eso haz fotos y cuélgalas en todas partes”. A lo que un chico responde: ” Yo ya lo estoy tuiteando”. Otra señora comenta indignada: “Deberíamos dejar de pagar todos un día y colarnos, así aprenderían”. No se si vale de algo sacar una foto. Quizá de verdad no valga para nada. Y quizá sigamos siendo hormigas trabajadoras obligadas a convertirnos en sardina enlatada bajo tierra. Pero por lo menos al menos así podemos compartirlo. Convertirlo en un fósil que quizá algún día alguién encuentre. Y quizá sirva para que un día todos juntemos nuestras fotos para obligar a bajar al metro a la hormiga reina y a todas las hormigas políticas. Para que vivan en sus propias carnes lo que es convertirse en sardina, cada vez más apretada y con menos aceite…

lunes, 6 de agosto de 2012

Familia elegida


Encontrar la inspiración y provocarla, 
hacernos cosquillas con las palabras y descojonarnos del mundo.
Descorbatar la realidad y ponerle una nariz de payaso.
Coger una corriente de aire y volar, romper el contexto en añicos.
Reírse en la cara de los que nos desprecian y dejar que nos resbalen las miradas por encima del hombro.
Catalizadores: potenciarnos unos a otros.
Reír. Sobre todo reír.
Desnudarnos desde dentro, levantar la voz y construir una burbuja irrompible.
Nosotros. Sólo nosotros. ¿Qué importa el resto?.
Luchar contra olas de más de cinco metros, dejar que nos arrastren y reír, sobre todo reír.
Enseñar una teta al mundo y tener orgasmos por la boca probando un pincho premiado y un txakolin. Soñar en grupo.
Reírse. Sobre todo reírse. De uno mismo, de todos nosotros, del mundo.
Horas que compensan la existencia.
Afortunados. Sentirnos afortunados porque hay gente que no alcanza estos momentos auténticos en toda la vida.
Derribar el mundo como un lego para volver a nombrarlo a nuestra manera.
Cambiar las piezas de sitio, una y otra vez, porque si algo hemos aprendido es que nada es eterno, y menos nuestra forma de construir el mundo.
Reírse, sobre todo reírse.
Bailar el ritmo de la noche, cantarla y crear juntos la danza de la luz.
Capturar nuestras esencias, compartirlas y convertirlas en fósiles.
Hablar sin filtros entre el cerebro y la boca que nos descafeínen.
Reírnos, sobre todo reírnos y no perder la sonrisa.

viernes, 3 de agosto de 2012

Reflejo


Veo una imagen deformada en el espejo,
la rompo y me trago los cristales.
Sonrío.
Corro y caigo en mis cenizas,
condenada a resurgir, una y otra vez.
A veces me gustaría fundirme con el mar.Tengo ganas de volar.
Las costras no han conseguido cubrirme la boca.
Cuantas más me arañan, más fuerzo la risa.
Estoy rebozada de granito, pero por mis venas corre arcilla y agua salada.
Nunca volvería. Nunca.
Me han cargado de piedras en los bolsillos.
Como juez, encuentro atenuantes para cualquier acción, pero a mi me declaro culpable.
He sido niña de la guerra, herida como correo ve y dile.
Y una sin techo. Tantas casas que hasta ahora nunca he sabido cuál era la mía.
Cenicienta sin hadas.Esclava de los sentidos, 
Me he abandonado a mil corrientes, pero no tengo ningún “y si”.
He perdido la cuenta de las veces que me he vendido por debajo de mi precio.
Chispa que provoca fuegos y va dejando brasas y llagas.
Una manzana que se desea, se muerde y luego se escupe.
Si lo siento, soy capaz de convertirme en gusano.
Lo quiero todo, pero no lo necesito.
Me enfrento a los fantasmas, pero me dan miedo.
Sólo paro si me atan, si no, sigo corriendo.


domingo, 15 de abril de 2012

Desencajado



Un jarro de icebergs,
un agujero negro en las entrañas,
y un muro dónde rebotan tus palabras…

Un poco más pequeño.

Una alambrada en las manos,
unos labios que se alejan.
y unos ojos que te evitan y te matan.

Cada vez más pequeño.

Y de pronto, te sientes como exiliado en Siberia,
como un naufrago en Canarias,
como un perro en busca de dueño.

Infinitesimal.

Contienes un grito en la garganta
que provoca un eco que rebota en tu faringe
sin llegar a tocar tus cuerdas vocales.

Nadie te oye.

Y el mundo sigue girando como una peonza,
aunque tu quieras que pare porque te mareas,
para bajarte porque te sientes fuera.

Invisible.

Y sin embargo lo intentas:
Culebreas, mendigas y te arrodillas,
te vendes, te alquilas y te regalas…
Te haces voluntariamente esclavo.

Vacío.

Te devuelven medio billón de miradas por encima del hombro,
más de mil doscientos trillones de minutos de silencios
y te dan la espalda un millón y medio de veces.

Te das cuenta.

Y al final,
inevitablemente,
te conviertes en colilla
y te consumes.




viernes, 23 de marzo de 2012

Autoengaño del reloj


“No tengo tiempo”.
Repites ese mantra una y otra vez para evitar reconocer lo innegable:
que si lo tienes, que en el fondo te sobra…
“No tengo tiempo”
El trabajo, acabo tan cansado, los compromisos, la familia, las obligaciones,
“No tengo tiempo”,
la novia, el perro, el marido, los niños, las facturas, la hipoteca, las cosas materiales…
“No tengo tiempo”
Pero, ¿qué haces en los tiempos muertos?
Aunque hagas todo lo posible para llenar de excusas las horas que tiras a la basura, a ti no podrás engañarte…
Siempre hay tiempo… pero también vértigo…
¿Por qué no te lanzas?

photo credit: La Marga via photopin cc

domingo, 11 de marzo de 2012

Equilibrismos


De pronto descubres que cada uno NO recoge lo que siembra,
y tu balanza se descompensa.
 ¿Por qué seguir dando lo mejor de ti mismo?:
Si los reyes te traerán carbón aunque seas bueno,
tu jefe no te ascenderá aunque hagas horas extras
y tu pareja te engañará por mucho que la quieras.
Quizá nunca puedas alcanzar ni un sueño.
Nada depende de ti:
aunque NO siembres vientos, recogerás tempestades.

La vida, una moneda que se lanza al aire:
sólo puedes elegir “cara o cruz” y cruzar los dedos.

domingo, 29 de enero de 2012

Melancholia o cómo enfrentarse al final...




MELANCHOLIA, LARS VON TRIER (2011)

¿Cómo enfrentarse al fin?
Miedo:
locura o ceguera.
Oveja negra o uno más en la manada.

¿Y si los locos vieran sin vendas en los ojos?,
¿y si  pudieran  desnudar al mundo,
y mirarlo a los ojos fíjamente,
sin apartar la mirada
sin red?

¿Y si a a pesar de todo mantienen el equilibrio,
en la cuerda floja?.. Aún sabiendo 
que si te empujan, si resbalas, si saltas
caerás al final sin endulzar.

Y los cuerdos tan seguros,
sujetan sus amuletos....
Descafeinan la realidad
para dormir cada noche.
Desvían la mirada.

¿Te has preguntado como reaccionarías al fin:
 ¿inventarías salvavidas a los  que aferrarte,
o  saltarías del barco con un lastre atado a los pies?