viernes, 19 de febrero de 2010

Viajes irrepetibles

¡Me voy a los Dolomitas! Acariciaré las pistas de Val Gardena con mis skis recién afilados y disfrutaré de sus pistas y de sus vistas...

He delegado la organización del viaje por lo que voy sin ningún tipo de idea preconcebida. Me encantá viajar así a veces: Ignorante consciente. Como una tabla rasa dónde luego se grabará una experiencia sublime...

Las fotos tampoco son lo mío, aunque tengo la suerte de llevar a mi lado siempre a un artista de la fotografia. Yo grabo los momentos de otras forma. Immortalizo los sentimientos y sensaciones del viaje. Rescato anécdotas e historias con tinta. Son albúnes del interior. Luego con el tiempo, me gusta volver a esas huellas...

Tengo la teoría de que nunca se puede repetir un viaje porque son únicos y nosotros cada vez distintos. ¿No te ha pasado nunca volver a un sitio en el que estuviste y descubrir que ese sitio ya no existía? Entonces tu lo veías de forma diferente...

Escribir sobre un viaje es como inmortalizar el alma. Cuando con el tiempo leemos esa crónica vemos fotos de lo que fuimos en una época y la forma que teníamos de mirar la vida entonces... Vemos el paso del tiempo en nuestra estructura externa en las fotografías y con esos textos nuestra estructura interna.

¿Qué veré yo en los Dolomitas ahora que me voy como una chica que roza los 30 y aún no ha cumplido ni un 1% de sus sueños?

PD. Dejo en Madrid mi cerebro laboral , cierro el outlook y apago internet. Me voy y pienso desconectar de todo. Prometo una crónica de mi viaje a la vuelta. Sed malos.

Cerrado por vacaciones una semana

domingo, 14 de febrero de 2010

¿Por qué se esfuma el amor?

El fin de la pareja siempre comienza con la irrupción de una tercera persona: la rutina.

En tiempos de conquista uno da lo mejor de si mismo. Te exprimes un 200% para ganar al otro: Cedes, comprendes y encantas.

Se forma la pareja e irremediablemente con el tiempo se sentará entre los dos el monstruo del apalancamiento y correreis el riesgo de caer en sus brazos y relajaros. Depende de vosotros.

Sí dejas de sorprender al otro, sí das palabras por hecho que se quedan rebotando en tu mente, si dejas de hacer cosquillas o comienzas a llenar espacios con más gente porque sólos os aburrís... Sí dejas de tener temas de conversación y aparecen reproches dónde antes hubo risas y sí de pronto el uno deja de pensar en el otro. Sí ceder se convierte en una carga pesada de cemento en la espalda que luego lanzamos al otro a la primera de cambio. Entonces esa pareja camina en la cuerda floja.

La pareja deja de arder sí no se echa leña al fuego.

El nosotros se teje con un hilo de seda infinitesimal. Sí en lugar de acariciarte un día te estrangula, sí en lugar de ser flexible, impide tus movimientos. Se tensará un poco más con cada discusión y al final el monstruo morderá el hilo y se rompera. Ni más ni menos.

El amor debería ser un enamoramiento continuo.

viernes, 12 de febrero de 2010

Semanas que son siglos que pasan en un segundo

Viento la vida
y nosotros sólo caliza.

Exploradores constantes del vital terreno.
Cuándo descubres quién eres,
ya has dejado de serlo...

Hay semanas que son siglos que pasan en un segundo. Siete días que erosionan tu montaña.
¿Nunca has sentido que algo superior a ti te provocaba un cambio estructural irremediable?
Un cambio de tu ser más profundo.
Del idealismo al escepticismo. De pasear desnudo a vestirse. De la risa a la carcajada. De la inocencia al retorcimiento... De un estado a otro.
Esta semana me han debido de salir canas y la piel de arrugarse para hacerse de elefante.
Darwinismo de urgencia. La aceptación de que el mundo es injusto para poder sobrevivir.
La jungla es para los fuertes. Eso he visto. Así que me he puesto a hacer pesas...


miércoles, 10 de febrero de 2010

Nosotros también somos un iceberg

¿Conoces la teoría del iceberg de Ernest Hemingway? Un cuento es para él un gran tempano de hielo hundido en el mar. El lector sólo ve la parte que el escritor deja a flote y sólo puede intuir el resto de las partes, sin una respuesta cerrada. El autor de "El viejo y el mar" afirmaba que: "Hay nueve décimos bajo el agua por cada parte que se ve de él. Uno puede eliminar cualquier cosa que sepa y eso sólo fortalecerá el iceberg"

El claro ejemplo de la teoría del iceberg es el cuento "los asesinos" de Hemingway, dónde deja al lector una serie de incognitas que completar. Permite al lector imaginar infinitas posibilidades, no quedarse como un pasmarote pasivo. Le convierte en escritor de alguna manera, potenciando su imaginación.

Pero el cuento que me ha cautivado ha sido " El gato bajo la lluvia". Cada vez que lo leo hago una lectura diferente y me fascina. Porque en tres páginas y contando una anécdota consigue hacerme ver a los personajes perfectamente e identificarme con la protagonista.

Sin embargo se trata de un cuento emblemático, porque otros autores no llegan a ver nada. Creo que cada uno ve en el algo diferente.

Esto es lo que tiene el iceberg, que cada cual completa a su manera...

¿No crees que todos somos un poco iceberg también, como los cuentos?. Mostramos una parte y escondemos otras en nuestras profundidades. Aunque a veces nuestras partes ocultas se intuyen por nuestros actos. Todos ocultamos hielo, aunque si lo sacáramos a flote se nos clavaría menos y haríamos las relaciones más sencillas.

No dejeis de leer el cuento. ¿Qué os parece?