domingo, 20 de diciembre de 2009

Resucita a tu niño y disfrutarás de la Navidad

Ya llegó al Corte Inglés una vez más y a todas partes, aunque muchos intentemos evitarla. La Navidad ya está aquí. Siempre nos pilla a todos y no deja a títere indiferente. A todos nos afecta y no hay términos medios: O la adoras o la odias. Pero a todos nos mueve por dentro y nuestras estructuras tiemblan. ¿Por qué la Navidad se nos clava?

Dicen que la Navidad la disfrutan sólo los niños, aquellos que sueñan y esperan sin dudar a los Reyes o a Papá Noel. Los que tienen ilusión porque creen que todo es posible, hasta la magia. Los que intentan aguantar despiertos toda la noche para pillar a sus majestades o al gordo americano…

Y en algún momento de nuestra existencia, todos fuimos alguna vez ese niño que creía que todo era posible, sin sueños rotos y con muchas risas. Acaso fuimos plenamente felices y disfrutamos de la navidad… Pero un día crecimos y eliminamos al niño que había en nosotros… Nos hicieron enterrarle con obligaciones, lágrimas y sueños rotos. Perdimos la ilusión, nos hicimos adultos.

Por eso la Navidad nos huele un poco a nostalgia y a castañas asadas y también tiene ese tufo de consumismo. En el centro, en Madrid en Sol, se concentran millones de peces que pican en los cebos de las campañas de marketing oportunas del año, esperan colas, pagan a crédito y se paran en Cortilandia. Siempre me he preguntado por qué la gente no se reparte un poco con la cantidad de tiendas que hay en esta ciudad. Sólo es una muestra más de lo borregos que somos. ¿Y la crisis? Nada. Volverá a resurgir como el ave fenix después de reyes.

Alguien me dijo que para escribir literatura tenía que recuperar al niño que tenemos dentro... Con la Navidad es un poco mismo si queremos ser felices, e incluso con la vida...

Tenemos que digerir esas espinas que se nos clavan, cicatrizar esas heridas y luchar por volver a reír. Porque siempre depende de nosotros, de nuestra lucha por ver la botella medio llena. Pasen las desgracias que pasen alrededor. No hay excusa. Somos responsables de nuestra felicidad.

Porque nunca nada es como nos gustaría y todo es imperfecto. En cuanto lo aceptemos el niño podrá volver a jugar. Disfruta de estas navidades. Depende de ti…

2 comentarios:

  1. Es una buena propuesta y, quizás, merezca la pena hacer un esfuerzo. Yo hace tiempo, lo reconozco, que perdí ese espíritu navideño juvenil tan puro. Bueno, pues eso, intentaré buscar al niño que tengo dentro, gracias! ;)

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  2. ¡Esa es la actitud Carlos!. Yo también estoy en proceso de recuperar a la niña... =)

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