viernes, 11 de diciembre de 2009

Libera a tu yo escritor

¿Por qué algunos sentimos esa necesidad de vomitar palabras? ¿De qué estamos hechos los escritores? Nuestro cuerpo debe ser de piel onírica y dentro fluye algo en la sangre que la pone en ebullición. Hay cosas atrapadas dentro de nosotros que necesitamos liberar a través de letras. A veces nacen cuentos, otras poemas, y otras historias simplemente se incuban y nos asedian hasta que conseguimos arrancárnoslas. Puede que incluso salga una novela. ¿Qué es eso que absorbemos y cómo se nos clava?

Capturamos esas puntas del iceberg quizá con las redes de nuestros iris. Creo que la clave es nuestra mirada. Vemos cosas que otros no ven o mejor dicho, las vemos de otra forma, sin ataduras, con libertad. No sólo miramos, sino que podemos sentir intensamente aquello que vemos. Y lo convertimos en una astilla que tragamos y tarde o temprano arderá hasta convertirse en cenizas que puedan leerse.

Pero escribir a veces quema y salen yagas. Da un vértigo atroz. Porque para sacar la astilla tienes que elegir millones de cosas, que dejaran atrás otras. Miedo al folio en blanco y pánico al proceso creativo.

Porque comenzamos a flotar cuando estamos creando y nos separamos del suelo demasiado. Y da miedo liberarse del todo. Pero hace poco me dijeron que la literatura es la que se escribe con las tripas. Pero, ¿Por qué intentamos controlarnos? ¿Qué tememos?

Es lo mismo. Los que estamos infectados de historias, los reos de las palabras, al final acabaremos flotando… Así que soltemos los lastres que nos sujetan y liberemos nuestras voces, sólo así volaremos.

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