Las lanzamos,
robóticamente,
desgastamos
su halo dorado.
Sí de verás las significamos,
nos saben insípidas…
E Inconscientes,
las negamos,
a aquellos
que las merecen…
¿No tienes tú clavadas
espinosas “gracias” no dadas?
¡Libera ahora las siete letras!
Siempre hay tiempo,
para pronunciarlas:
Gracias,
gracias,
gracias…
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