Aún no he pisado a la luna,
ni kilómetros de tierras, mares y montañas.
Tampoco he atendido la llamada de África,
ni he visto edificios que rascan nubes,
el hielo de la Antártida, Canadá o los canguros de Australia.
No he montado en góndola, ni subido a la torre Eiffel.
Ni pronunciado dos te quieros imposibles
y un te odio por el daño que me hiciste.
Tampoco he conseguido vomitar la historia
de tres personajes que centrifugan en mi estómago.
No he sido madre, ni hija o hermana perfecta
y no me he tirado en paracaídas.
No he aprendido a bailar danza del vientre, tango o flamenco.
No me he despedido de personas que no volveré a ver nunca,
o que ni siquiera he conocido.
No he dejado de soñar, conocer o ilusionarme,
de inventarme lugares donde escapar,
para hacer lo inalcanzable,
ni de imaginar otras vidas y vivirlas.
No me he anclado a una hipoteca,
ni me quedé a vivir con mis padres hasta los treinta.
No he dejado de reconocerme en mi reflejo.
Nunca he puesto los cuernos a un novio,
ni dejado suelto un “y si hubiera”.
Aún no he hecho ni un cuarto de lo que quiero,
pero lo que no pueda hacer, lo soñaré en mil cuentos.
Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn saludo
Eres maravillosa. Y tu escritura también lo es.lobiuuuuuuuu
ResponderEliminar