domingo, 28 de marzo de 2010

Decálogo para escribir una novela

Gracias a Gloria del taller de Fuentetaja ha llegado a mis manos un cuento de Gordon Lish, el editor de Raymon Carver, que se titula “Cómo escribir una novela”. Se trata de un relato impresionante en el que sin hablar de la escritura en ningún momento ofrece interesante reflexiones sobre la creación literaria. A partir de él me propusieron crear un decálogo, ahí va:

  1. ¿Sientes esa necesidad vital de escribir?. ¿Para poder te hacen falta las palabras tanto como el oxígeno?. Si la respuesta es no, ¿para qué embarcarte?
  2. ¿Dé donde surge esa necesidad?: del dolor, del sufrimiento de la vida. Algo te desgarra y te convierte en una pieza diferente que ya no encajan. Entonces desde fuera ves el puzle, observas y escuchas al resto de las piezas desde una dimensión paralela. Necesitamos formar puentes con las palabras que vuelvan a conectarnos...
  3. Entonces surgirá esa chispa y luego un incendio de tinta en diferentes formas: poesía, cuento, ensayo, novela…. El fin es el mismo: crear un salvavidas que compartirás con otros ahogados. Lish habla del escritor cómo d un ingeniero pero “de esos tipos que reparan cosas”
  4. Para empezar y terminar con éxito una novela, el requisito indispensable es el tiempo. Hace falta invertir horas para inventar, crear y editar. ¿Tienes las horas necesarias?
  5. Elige tus temas y universalizalos. Saca las tijeras y recorta del mundo aquello que te interesa disecar y compartir. Amplíalo, amplíalo todo lo que puedas. Como Lish dice que hace en su cuento con su Polaroid “saca ampliaciones del tamaño de la vida”.
  6. Mira dentro de ti y escucha esa primera intuición. Cuídala como un tesoro. Tira del hilo y comienza a tejer. Lleva una libreta siempre contigo para no perder ninguno.
  7. Sigue mirando, hay personajes e historias en todas partes ¿los ves? Ellos nos pedirán que los rescatemos si nos mueven algo.
  8. ¿Cómo enfrentarse al vértigo de la hoja en blanco? Algunos cierran el tema y la estructura antes de comenzar a escribir y otros se bloquean si lo piensan demasiado y prefieren simplemente empezar a lanzar palabras.
  9. No te desesperes. Seguramente habrá momentos muy productivos en los que las palabras lluevan y momentos de sequía. Las cartas que Gustave Flaubert enviaba a su editor y a su amante cuando estaba escribiendo Madame Bovary muestran perfectamente los altibajos del escritor a la hora de escribir una obra. A mi me sirve de bálsamo ver qué a todos nos pasa.
  10. No reinventes lo inventado. No te engañes, todas las historias se han contado ya. El hombre es bastante simple en realidad. Lo novedoso será tu forma de contarlas. Sé original. Descubre tu voz.

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