Lleva un 666 tatuado en la frente.
No creo que sea el diablo. Tal vez sea miembro una secta o se llevó un souvenir de prisión. O quizá solo sea un matemático o solo hombre con un número favorito o con problemas para recordar su número pin.
Ahora, sin saberlo, su marca le ha convertido en el personaje literario que protagoniza estas líneas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario