Twitteratura: literatura en 140 caracteres.
La hormiga paró, soltó la carga.
Observó a sus compañeras obreras con extrañeza: ¿para qué?
Luego, cerro los ojos, movió las antenas. Al expirar, un cosquilleo por todo el cuerpo.
Se acabó: voy a dejar el hormiguero.
Y de pronto, un pisotón.
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