Tardes de domingo como hoy,
de invierno y de lluvia.
La puerta a la
otra dimensión,
donde ocurre la magia.
Domingos de manta y sofá.
Se paran los relojes,
se callan los teléfonos
y se vacían la agendas.
Puedes dar vueltas al mundo,
a cámara lenta,
todas las veces que quieras.
Rebobinar hacia delante o hacia atrás.
Darle al stop, hacer algún zoom,
borrar alguna parte,
inventar otra.
Poner tu lupa en la humanidad
diseccionar sus
entrañas,
y disecar cada sentimiento.
Incluso salir de tu cuerpo,
flotar,
verte en perspectiva
y digerir la vida.
Tardes de domingos para parar,
Encontrar refugio
y saborear sin
prisas.
Sólo ser.
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