“No tengo tiempo”.
Repites ese mantra una y otra vez para evitar reconocer lo
innegable:
que si lo tienes, que en el fondo te sobra…
que si lo tienes, que en el fondo te sobra…
“No tengo tiempo”
El trabajo, acabo tan cansado, los compromisos, la familia,
las obligaciones,
“No tengo tiempo”,
la novia, el perro, el marido, los niños, las facturas, la hipoteca,
las cosas materiales…
“No tengo tiempo”
Pero, ¿qué haces en los tiempos muertos?
Aunque hagas todo lo posible para llenar de excusas las
horas que tiras a la basura, a ti no podrás engañarte…
Siempre hay tiempo… pero también vértigo…
¿Por qué no te lanzas?