Azul

Espejito, espejito, perdóname por haberte engañado, nunca te quise.

Veía en ti lo que en realidad estaba en mi. Tu no existes. La azul soy yo.

Firmado: la princesa Disney de Chamberí.

Náufragos

Tras provocar el naufragio, vivir, cuerpo a cuerpo, el oleaje de tus manos y mis labios, hasta no quede ni rastro de nosotros; luego el mar en calma, o la vida, en busca de alguna señal de humo, o lo que sea, mientras tus mensajes se ahogan en la botella.

Viperino

Con lengua viperina seseó:

Sin acritud, suelta esas escamas. Simplemente ambos cambiamos de piel.

Me alejé arrastrándome como pude.

Ahora

—Ahora tú y yo, todo lo que hay. Siempre. ¿Qué te falta? 

—¿Y mañana?

— Lástima, faltas tú. 

Refundando

Descartes, silencia esa mente y bésame:

Siento, luego existo. 

Nosotros

¿Te acuerdas de ti y de mí? 

Éramos nosotros.

Y no hacía falta nada más.